Detrás de toda algarabía infecunda se esconde el temor irresponsable de ser lo que determina el hado.
Parto. Me expulsa hacia Av. Corrientes el miedo a no sentirme identificada, me equivoco entre los demás para no sentir que me alejo irremediablemente hacia un final lacerado.
Marcho hacia el límite imaginado de mi degradación.
Descontenta por la miserable apoteosis de héroes sin fundamentos que emanan la peste mefítica de perfumes caros.
Fastidiada por la laboriosidad campechana del que ni siquiera se pregunta.
Acato. Sumisión. Aceptación. Respeto.
Cedemos porque permitimos que en la nostalgia pretérita se centre nuestro saber. Sabiéndolo todo, el presente es de otros.
Parto. Me expulsa hacia Av. Corrientes el miedo a no sentirme identificada, me equivoco entre los demás para no sentir que me alejo irremediablemente hacia un final lacerado.
Marcho hacia el límite imaginado de mi degradación.
Descontenta por la miserable apoteosis de héroes sin fundamentos que emanan la peste mefítica de perfumes caros.
Fastidiada por la laboriosidad campechana del que ni siquiera se pregunta.
Acato. Sumisión. Aceptación. Respeto.
Cedemos porque permitimos que en la nostalgia pretérita se centre nuestro saber. Sabiéndolo todo, el presente es de otros.