miércoles

Fémina

Fui hecha con pedazos de mujeres pretéritas. Me legaron dos ojos tristes, perdidos. Los labios finos, condenados al silencio. La intuición, el espíritu sensible y la facilidad para el llanto.
Me dieron armas para defenderme pero no me enseñaron al enemigo. Me entregaron dolor y cierto masoquismo para soportar un suplicio todos los meses y la aciaga ilusión de un vientre fértil.
Me dieron el vuelo pero se olvidaron las alas. Y recibí, a cambio, este cuerpo tosco y adverso.
Me concedieron manos. Pero no talento para crear con ellas, de la nada, sueños.
Me dejaron en el mundo, rodeada de belleza, y un terror infinito para que no la vea.
Las mujeres que me antecedieron depositaron en mí sus anhelos.
Y crearon un monstruo cobarde, desgraciado y funesto.

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Ni onomatopeyas, ni interjecciones, ni palabras hirientes, ni pedanterías. Como si fueran mi papá.