martes

Muerte (no es una adivinanza)

Los hombres me temen; suelo ser funesta.
Algunos me buscan y todos me encuentran.
¡Soñador despierto, rehúyes a la vida!
Una noche de insomnio pasaré a tu lado,
posaré en tus mejillas
mis frías manos.
Creerás que fue el viento
o un sueño velado.
Me llevaré tu pena,
beberé de tus labios los acordes de un dolor mundano.
Habrás olvidado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Ni onomatopeyas, ni interjecciones, ni palabras hirientes, ni pedanterías. Como si fueran mi papá.