Quiero gritarle a la noche,
que se rompa su silencio
porque presiento
que tengo aún el alma enferma.
Y la noche, con su salva
de estrellas que me juzgan
distantes y frías,
recrudecen mi tormento.
Quiero oír alguna voz
que devuelva mi grito
para no sentir la soledad
tan despiadada e injusta
carcomiendo mi ánimo
en la noche gélida y oscura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Ni onomatopeyas, ni interjecciones, ni palabras hirientes, ni pedanterías. Como si fueran mi papá.