martes

caprichos

Yo deseo que hubieses brotado de un soplo de mi respiración.
Que no hubieses visto, ni olido, ni oído, ni sentido.
Tener tu pasado y tu futuro entre mis manos para ir moldeándolos a mi antojo.
Y así crearte para mí, tal cual te sueño.
Porque residís en mí, como mi sangre; y quiero ser tu sangre para anegar tu cuerpo
y poseerlo y borrar todo vestigio de manchas antiguas,
purificar el lastre de tus recuerdos que me atormentan.
Y ser nueva, ancestral, ser hoy, ayer y todas las mañanas que te faltan.
Ser miles, ser única, ser todas.
Y gobernar, déspota, sobre tu voluntad, para que me quieras tuya,
para que me aceptes y acates.
Y, tan esclavo como dueño, me grites: ¡Tuyo, tuyo, porque así lo quiero!

3 comentarios:

  1. un oxímoron tan viejo como el bien y el mal...

    ResponderBorrar
  2. viejo no, sempiterno. por lo tanto, anacrònico.

    ResponderBorrar
  3. Exelente , to necesito lo mismo, si parece que lo hubiera escrito Yo.
    pregunta ¿ que es oximoron?

    ResponderBorrar

Ni onomatopeyas, ni interjecciones, ni palabras hirientes, ni pedanterías. Como si fueran mi papá.