Él, a quien yo amo entre las flores rojas,
mojado por el agua que destila mi cuerpo húmedo.
abismo y gris de tormento,
núbil rosáceo y macho.
Yo no soy venus en tu mástil.
Él, que es mi pena,
me torna un crisálida abriéndose en el hierro.
arrebatada por su dedo macho.
Pero, entonces, ¿quién es él,
el que me abraza?
El mar de suspicacias lo transita.
Porque él, a quien no poseo,
es tumba encajonada en el amor,y se alza entre tinieblas.
Y la noche está cerca,
es una macilenta forma que salta sobre los dos,
tiempo y ácido
yo le digo: antes que el gallo sol
eche al fuego sus huesos,
que respire a sus muertos, por la semilla y la materia,
que se arrastre en sus mares,
que cruce las manos sobre sus pechos
y cierre su puño
mmm...
ResponderBorrar