En la selva, aunque no puedas creerlo, todos los animales jugaban y se divertían unos con otros sin que existieran mayores conflictos.
Sin embargo, ahora, nadie quiere jugar con el cocodrilo. El cocodrilo tiene totalmente prohibido jugar con los demás.
Los animales lo desprecian porque, según ellos, es un animal temible y torpe.
Parece que un día, los monos y los lemures estaban jugando a una especie de volley. El cocodrilo, desde el agua, observaba atentamente el partido sin entender nada de lo que pasaba en aquel campo de juego.
En cierto momento, uno de los simios le arrojó a un lemur la pelota, pero este no supo calcular la distancia y brincó tan alto que la pelota siguió su curso, golpeó contra una roca, rebotó en una rama y cayó con un estruendo en medio del arroyuelo donde vivía el cocodrilo. Este quiso hacer amistad y, aunque no tenía idea de como se jugaba a semejante juego extraño, atrapó la pelota con sus dientes y psssss....la pelota se pinchó. Los animales que estaban jugando no dijeron nada y, desilusionados, se alejaron del lugar.
Así fue como, por intentar meterse en el juego de los demás sin conocer las reglas ni sus propias capacidades, fue despreciado consuetudinariamente.
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Ni onomatopeyas, ni interjecciones, ni palabras hirientes, ni pedanterías. Como si fueran mi papá.